Incertidumbre es un arrollo de imposible
que tu haces visible
para hacerme sentir que aún estoy vivo
que el destino es mi amigo…
Incertidumbre, Caramelos de Cianuro
Hace meses que no escribo en el blog, lo cuál es buena señal. Señal de que mi vida poco a poco a vuelto a recuperar la rutina, y de que el cáncer no está tan presente en mi vida como lo estuvo el año pasado.
Pero el blog sigue recibiendo muchas visitas. Y pienso en esas mujeres a las que le acaban de diagnosticar un cáncer, y del vértigo y miedo que tienen que estar sintiendo…y de lo importante de encontrar palabras de aliento y esperanza, aunque sea de una desconocida. Así que, después de un intenso verano y con las pilas cargadas, vuelvo a retomarlo, y a intentar seguir aportando mi granito de arena al bienestar común.
La próxima semana tengo la revisión de nuevo. Tengo una revisión cada 3-4 meses, así que vivo mi vida dentro de ese plazo. No hago planes más allá de mi próximo chequeo. Una vez que el oncólogo me dice que todo está Ok, todo se condensa en esos meses!!!…La alegría, los planes, las experiencias, los viajes, la ilusión…. Me esfuerzo en vivir una vida en 4 meses, por lo que pudiera pasar en mi próxima visita. Y la intensidad con la que se vive todo durante ese tiempo, es increíble!!! Poco a poco, y si todo va bien, las revisiones se irán espaciando…y con ellas, muy probablemente, esa pasión por vivir minuto a minuto irá disminuyendo. Una pena! Deberíamos ser capaces de vivir con esa magnitud sin necesidad de haber pasado un cáncer o una experiencia traumática.
Son 4 meses maravillosos y llenos de luz, que poco a poco se van ensombreciendo al llegar la fecha de la nueva revisión, donde me hallo ahora. Y es, en este punto, cuando la incertidumbre vuelve a visitarme. Se instala cómodamente junto al miedo. Lo cierto es que mi miedo y yo vivimos en una confortable armonía durante todo el año. Nos respetamos y toleramos….pero cuando ella llega de visita, arggghh!! la convivencia salta por los aires. Realmente me considero intolerante a la incertidumbre. Se me atraganta, me enerva, me desconcierta, revoluciona a mi miedo y lo pone todo patas arriba!!! Creo que la incertidumbre es casi peor que las malas noticias. Las noticias malas, una vez las sabes, las asumes, las gestionas y sigues hacia adelante. Recuerdo el mes anterior a qué me diagnosticaran el cáncer. Las pruebas, los análisis, la biopsia, los viajes al hospital…. y la incertidumbre….esa angustia constante por saber si era cáncer o un simple quiste. Esa angustia por saber si el cáncer estaba controlado o había ya alguna metástasis. Esa angustia por saber si iba vivir o no. Sin embargo, una vez conocido el diagnóstico, recuerdo el año en el que estuve combatiendo el cáncer, como un año tranquilo. Así lo viví yo! Tenía mis goteros, mis sesiones de radioterapia…todo marcado por un camino en el que mi único cometido era cuidarme e intentar tener una buena actitud. No fue un año fácil, de hecho fue terriblemente duro, pero sabía hacia donde me dirigía. Sin embargo, la incertidumbre te ciega. Como una niebla, que no sabes lo que encontraras una vez se levante.
El miedo sirve para algo, te alerta de un peligro inminente, garantiza la supervivencia. Pero, ¿ para qué sirve la incertidumbre?
Dicen los expertos que es un mecanismo de protección de nuestro cerebro. Con ella, tendemos a pensar en lo peor y nos preparamos para ello en caso de que finalmente fuera así. Parece ser que es parte del proceso evolutivo. Como también lo es el hecho de que tendemos a buscar incansablemente la seguridad y el control sobre lo que va a acontecer en nuestra vida. Pero lo único seguro, es que algún día dejaremos este mundo y que , de momento ( y si Trump y Kim Jong-un nos lo permiten), el sol volverá a salir mañana. Todo lo demás, es incierto. Por lo que no podemos dejarnos caer cómodamente en la certeza y convertirla en una necesidad. Ahí radica nuestro error. Y hacemos de todo para intentar tener esa certeza: tenemos supersticiones, rituales, amuletos, nos refugiamos en el tarot o el horóscopo…. pero lo cierto, es que los imprevistos aparecen, nos preocupemos por ellos o no. Personalmente creo que estas «ayudas externas», quizá tranquilizan a corto plazo, pero a largo plazo estás depositando tu seguridad en un agente externo a ti, y eso crea dependencia, inseguridad y solo lleva a más incertidumbre.
¿Cuáles son mis mecanismos para tolerar la incertidumbre?? Pufff….sinceramente, la tolero a duras penas. Pero es parte de mi. Lo asumo y la acepto! Parto de ahí, de la aceptación. Y tengo dos mecanismos que me funcionan bien:
Uno es la meditación. Medito a diario. Mínimo 20 minutos y a poder ser antes de que mi mundo se ponga en marcha. Adoro meditar. Me resulta adictivo. Y me empodera! Es de lo más excitante tener el control sobre mi mente. Yo decido qué pensar y cuándo hacerlo. Y me encanta observarla en silencio, como si la estuviera viendo por una ranura sin que ella me vea. Meditar me serena. Me da una perspectiva de la realidad distinta y me ayuda a confiar en la vida, a confiar en que me va a tratar bien. Pero sobre todo, a aceptar que la vida es como es.
El otro mecanismo es la música. Adoro escuchar la música alta! Llevar la música fuerte en el coche! Además, tengo la suerte de tener un hijo que le gusta Biffy Clyro , Foo Fighters o Feist. Creo que si tuviera que escuchar los » Cantajuegos» a diario necesitaría más horas de meditación 😉 . Me encanta escuchar flamenco!! Me emociona en lo más profundo de mi! Y no hay nada que aleje más la incertidumbre que el hecho de que Alejandro Sanz me cante al oído, mientras salgo a andar por la huerta valenciana, «eres la casualidad más hermosa que me trajo el cielo» 😛 . Y no solo la escucho alta, la canto también a pleno pulmón! Quién alto canta sus males espanta!!
Hace muy poco visité La Alhambra por enésima vez. Me embruja! No conozco ningún palacio tan vacío de mobiliario y tan espectacular!!! Sin abalorios…solo ELLA ❤ . Y siempre la imagino llena de alfombras, con esas ventanas bajitas, porque se sentaban sobre cojines en el suelo. Pero esta vez pensé en la incertidumbre que allí vivieron. En la incertidumbre que tuvo que sentir Boabdil, al no saber que iba a pasar con su pueblo, cuando entregó las llaves de la ciudad de Granada a los Reyes Católicos. Pero hay una ligera diferencia. Boabdil tenía capacidad de decisión, podría haber luchado. Pero frente a una enfermedad… no tienes casi ningún poder de decisión. Solo confiar y dejarte llevar. Y yo, lo de dejarme llevar, lo llevo regular… he salido guerrera. Qué le voy a hacer! Yo no hubiera entregado las llaves de semejante maravilla con esa facilidad. 🙂
La incertidumbre es incómoda y dolorosa. Pero también es inevitable e inherente a la vida! Y la vida hay que tomarla con generosidad! Aceptándola en toda su plenitud…con todo lo bueno y todo lo malo.
» Lo mejor que uno puede hacer cuando está lloviendo, es dejar que llueva»
Henry Wadsworth Longfellow